Cuando se habla de los requisitos necesarios para poder vender o alquilar una vivienda siempre se habla de la necesidad de que dicha vivienda posea una cédula de habitabilidad. ¿Qué es la cédula de habitabilidad? La cédula de habitabilidad es un documento administrativo que sirve para ratificar que una vivienda reúne las condiciones básicas de salubridad, higiene y solidez para ser habitada.

La cédula de habitabilidad, además, sirve para poder dar de alta los servicios de agua, gas y luz para una vivienda.

Contenido de la cédula de habitabilidad

La cédula de habitabilidad debe recoger obligatoriamente los siguientes datos:

  • Dirección y ubicación de la vivienda.
  • Superficie útil de la vivienda.
  • Habitaciones y espacios que conforman la vivienda.
  • Umbral máximo de ocupación.
  • Identificación del técnico habilitado que ha llevado a cabo el certificado.

La regulación de las cédulas de habitabilidad corresponde a las Comunidades Autónomas. La emisión de las mismas, al Ayuntamiento del municipio en que se encuentre el inmueble en cuestión. Para que un Ayuntamiento emita la cédula de habitabilidad de un inmueble debe haber recibido lo que se conoce como certificado de habitabilidad.

El certificado de habitabilidad es un informe realizado por un arquitecto o arquitecto técnico tras haber visitado el inmueble y reunido la información necesaria relativa a su habitabilidad. Una vez presentado el certificado de habitabilidad en el Ayuntamiento y pagadas las tasas correspondientes al trámite, el Ayuntamiento podrá emitir la cédula de habitabilidad.

Tipos de cédulas de habitabilidad

Existen tres tipos de cédulas de habitabilidad. La antigüedad del inmueble determina el tipo de cédula.

  • Cédula de primera ocupación. Éste es el tipo de cédula de habitabilidad correspondiente a las viviendas de nueva construcción.
  • Cédula de segunda ocupación. Éste es el tipo destinado a la garantizar las condiciones básicas de habitabilidad de viviendas que ya existen.
  • Cédula de primera ocupación de rehabilitación. Es la cédula de habitabilidad que se usa para dar fe de que una vivienda que ha sido rehabilitada posee las condiciones básicas de habitabilidad.

Tanto en el caso de las viviendas de nueva construcción como en el de aquéllas que han sido rehabilitadas, la cédula de habitabilidad debe presentarse antes de que la vivienda pase a ser ocupada.

En las viviendas de protección oficial (VPO), sin embargo, la cédula de habitabilidad no debe ser presentada en un período de 25 años. ¿Cómo se da fe, en esta circunstancia, de la habitabilidad de dichas viviendas? Mediante lo que se conoce como cédula de calificación definitiva o calificación definitiva a secas. La calificación definitiva es un documento por el cual, una vez terminadas las obras, se certifica que el inmueble construido reúne las condiciones que se exigen por ley a las VPO para que puedan ser calificadas como tal. El documento de calificación definitiva debe recoger los mismos datos que recoge la cédula de habitabilidad.

Existen algunos casos de transmisión de vivienda en los que la presentación de la cédula de habitabilidad no es necesaria. ¿Qué casos son ésos?

  • Que se tenga intención de derribar o reformar la vivienda. Para quedar exonerados de la presentación de la cédula de habitabilidad se debe informar al registro, y debe quedar registrada el él, dicha intención.
  • Que el inmueble no vaya a ser destinado al uso como vivienda. El reconocimiento expreso de los compradores permitirá la exención de presentación de la cédula.
  • Que existan razones justificadas que impidan presentar el certificado de habitabilidad antes del acto de transmisión de la vivienda. En este caso, las dos partes (vendedora y compradora) pactarán hacerlo con posterioridad al acto de transmisión. Para poder acogerse a esta exención temporal de presentación de la cédula de habitabilidad es necesario, sin embargo, presentar la solicitud de cédula de habitabilidad registrada.