Habitáculos de 1,2 metros de alto y 2,2 metros de largo. Ni más ni menos que eso es lo que pretende ofrecer la web Haibu 4.0, una iniciativa que ha surgido en Barcelona y que, de buenas a primeras, ya cuenta con la oposición frontal del Ayuntamiento de Barcelona para el desarrollo de su actividad.

Durante la pasada semana aparecieron en la prensa catalana diferentes informaciones que hacían referencia a esta empresa que anunciaba, mediante anuncios colgados en la pared y a través de Wallapop, su intención de estrenar un primer local-colmena (“haibu” es un término japonés que significa precisamente eso, colmena) con varios de estos habitáculos en el barcelonés barrio de Sants. ¿Dónde exactamente? Ésa es la gran incógnita. Haibu 4.0 no ha querido desvelarla.

La propuesta de Haibu 4.0 ha estado rodeada de polémica. Para empezar, el Ayuntamiento de Barcelona asegura no haber recibido solicitud alguna para establecer un espacio residencial con las características que tienen los habitáculos de Haibu 4.0. Tampoco han solicitado licencias de obras. Y, por otro lado, el decreto 141/2012 establece que cualquier tipo de mini-habitación debe tener una superficie mínima de 5 metros cuadrados, requisito que no cumplen los habitáculos de Haibu 4.0.

La alcaldesa de Barcelona, Ada Colau, ha anunciado que, en caso de presentarse formalmente la propuesta de Haibu 4.0, el Ayuntamiento la denunciará. De hecho, el Ayuntamiento ya ha puesto en conocimiento de los Mossos d’Esquadra la iniciativa de Haibu 4.0 para que se inicie un procedimiento en el que se determine si dicha iniciativa podría incurrir en el delito de fraude. De hecho, Haibu 4.0 había planteado la posibilidad de que aquellas personas que desearan aspirar al alquiler de alguno de sus habitáculos realizaran un ingreso inicial de 25 euros para realizar una especie de inscripción-reserva. Esta posibilidad apareció inscrita en los primeros carteles colocados por Haibu 4.0, pero no tardó en desaparecer de los mismos así como de los anuncios publicitados on line.

Los promotores de Haibu 4.0, por otro lado, han incurrido en algunas contradicciones a la hora de publicitar su producto, lo que sin duda no ha servido para dar una pátina de confianza a la iniciativa. En su web, por ejemplo, anunciaban 38 habitáculos. En sus anuncios de Wallapop, 45. Por otro lado, si aquí se anuncian como “hostel”, en su web lo hacen como comunidad.

La web de Haibu 4.0 fue creada el 17 de julio y en ella se hablaba de los servicios comunes que tendría el local en el que se instalarían estos habitáculos. Entre dichos servicios figuran baños, cocina y wifi. Lo que se pretende, según los portavoces de Haibu 4.0, es ofrecer “una oportunidad para ayudar a reflotar a las personas con rentas reducidas”. Lo que ellos pretenden hacer, afirma Marc Oliver, gerente de Haibu 4.0, no tiene tanto que ver con el alquilar o vender como con el crear una comunidad o asociación de carácter social. Los habitáculos, así, se encorchetarían y colocarían unos sobre otros en locales reformados y rehabilitados. Para ello, Marc Oliver solicita un cambio en la legislación para que estos habitáculos puedan llegar a ser legales en bajos, que, por ejemplo, no disponen actualmente de la cédula de habitabilidad.

Hay quien opina que lo que Haibu 4.0 ha intentado es lanzar un globo sonda para comprobar cómo es recibida su idea por el mercado inmobiliario barcelonés. Por eso no está constituida aún como empresa ni registrada como marca en la Oficina Española de Marcas y Patentes, aunque anuncien en su web que tienen la sede establecida en la Torre NN de la calle Tarragona. Ambición no falta al equipo impulsor de Haibu 4.0. Si haberse estrenado en Barcelona, ya hablan de abrir viviendas colmenas en ciudades como Madrid, Roma o Copenhague.