Las crisis originan situaciones paradójicas. Por ejemplo: que ciudades como Barcelona o Madrid hayan experimentado en los últimos años un crecimiento del mercado del lujo muy superior al de capitales de primera línea como Londres o París. La razón principal a este incremento de las ventas en el mercado del lujo hay que encontrarla principalmente en el hecho de que el turismo chino viva actualmente una tendencia al alza. En Barcelona, por ejemplo, el gasto del turismo chino aumentó en un 70%. En Madrid, por su parte, se incrementó un 30%. En cifras totales, el incremento total del gasto en el mercado del lujo supone una cifra que ronda los 5.500 millones de euros; un 6% más que durante 2014.

Todas estas cifras han sido obtenidas a partir de un informe de Luxyry Briefing realizado por Cushman & Wakefield. Este mismo informe señala cómo entre Barcelona y Madrid se han inaugurado, durante el presente año, 33 nuevos locales de lujo y premium. Ellas son las dos ciudades que monopolizan el mercado inmobiliario del lujo. Luxury Spain, por su parte, sitúa a Barcelona como primera potencia en ventas en el mercado del lujo en España. La capital catalana atesora el 32% del total de ventas de lujo en España y es seguida por Madrid, Marbella, Ibiza y Mallorca. Puerto Banús y Palma de Mallorca van ocupando progresivamente un lugar más relevante en el ranking de las ventas de lujo en España.

Madrid tiene en la actualidad 40.200 metros cuadrados de superficie dedicada a tiendas del lujo. Marcas como Channel, Bulgary, Swarovsky o Versace han abierto local en Madrid durante los dos últimos años.

Por su parte, el Paseo de Gracia barcelonés se basta y se sobra para superar las cifras de la capital española en cuanto al total de metros cuadrados dedicados a las tiendas Premium. 96.000 metros cuadrados comerciales a lo largo de sus 2 km de longitud es lo que ofrece el Paseo de Gracia a todos los amantes del mercado del lujo. Sólo en 2015 se abrieron en la capital catalana 24 nuevos locales.

Este incremento de las ventas del lujo en el mercado barcelonés es efecto directo del aumento del número de turistas de lujo que visitan la ciudad catalana. Para que este incremento no pierda fuelle es principal que se cumpla un requisito fundamental: que la Ciudad Condal pueda ofrecer a todos estos visitantes un alojamiento acorde a sus exigencias. Es decir: que Barcelona debe estar dotada de hoteles de gran lujo que pongan a disposición de sus clientes servicios de primerísima calidad y suites exclusivas. Hoteles como el Mandarín Oriental, el Hotel Arts, el W Barcelona, el Palace, el Majestic o el Gran Hotel La Florida (por citar sólo algunos) permiten satisfacer a los turistas de lujo que, llegados a Barcelona, influyen positivamente en las ventas del mercado del lujo que se realizan en toda la ciudad.

En un futuro se prevé que el número de hoteles de cinco estrellas de gran lujo disponibles en Barcelona se incremente. Son varios los grupos de inversión internacionales que, en vista de las perspectivas de futuro que ofrece la ciudad, están interesados en invertir en la adquisición, reforma o construcción de hoteles de gran lujo. Que estas inversiones se hagan finalmente realidad o no depende, en gran medida, de la línea política que adopte el Ayuntamiento de Barcelona y su equipo de gobierno, dirigido por la alcaldesa Ada Colau. El establecimiento de la llamada “moratoria hotelera” no parece encaminada a favorecer el incremento del número de hoteles en Barcelona. El hecho de que dicha moratoria sea “temporal, cautelar y provisional” hace concebir esperanzas de que, en un futuro no muy lejano, puedan concederse nuevas licencias que permitan la apertura de centros hoteleros en la capital catalana, algunos de ellos de gran lujo.

Más allá de la importancia que el mercado del lujo puede poseer en la actualidad en las dos grandes capitales españolas, y contra lo que en un principio podría parecer, el del lujo es un mercado que en España va teniendo cada vez más importancia. No en vano, el sector del lujo español da empleo directo a unas 180.000 personas. Y eso sin tener en cuenta a todas las que emplean el sector turístico, los servicios de salud y los spas de lujo. Dentro de este mercado español del lujo adquieren especial importancia todas las empresas que, repartidas por todo el territorio, centran sus esfuerzos empresariales en la fabricación de calzado y en la elaboración de vestidos de novia. Numerosos economistas han destacado la importancia del mercado del lujo en España y su efecto beneficioso a la hora de recuperar ciertas profesiones. El trabajo artesanal es la clave, por ejemplo, para poder ofrecer calzado de lujo a todo el mundo.

El incremento de las ventas en el mercado del lujo barcelonés y madrileño es otro síntoma más del crecimiento que está experimentando la economía española y del potencial que una ciudad como Barcelona tiene como objetivo principal de los grandes inversores inmobiliarios. Una ciudad con nervio económico como Barcelona es, sin duda, un lugar ideal para invertir en la compra de  inmuebles. En Barcelona, la inversión inmobiliaria es, sin duda, una inversión de futuro.