El pasado 19 de febrero, el diario La Vanguardia publicada un artículo firmado por Rosa Salvador cuyo titular afirmaba lo siguiente: “Los propietarios sobrevaloran sus pisos un 20% al ponerlos a la venta”. El artículo de Rosa Ventura estaba basado en el análisis de los resultados de un estudio realizado por la Universitat Pompeu Fabra y por la inmobiliaria Tecnocasa. Lo que el mencionado estudio demostraba es que los propietarios de piso han interiorizado que el mercado de la vivienda se ha recuperado de la crisis pasada en estos últimos años y, basándose en ello, sobrevaloran sus pisos a la hora de fijar un precio para intentar venderlos.

Esta práctica, propia de los años previos a la crisis, no tiene ahora mucha razón de ser. En aquellos años, se señala en el mencionado artículo, los incrementos de precio del 20% quedaban absorbidos por la propia dinámica del mercado. En la actualidad, esos incrementos están absolutamente inflados y no son absorbidos por la dinámica del sector. Es decir: los propietarios que sobrevaloran sus pisos se ven obligados en la inmensa mayoría de los casos a rebajar el precio de los mismos y unas expectativas que son “inasumibles para la población nacional, de clase media o baja”. Dichas expectativas han llevado a que en los mejores barrios de Madrid y Barcelona se pidan importes por viviendas de lujo similares a los que se solicitan en viviendas del mismo tipo en ciudades como Londres, París o Berlín.

La sobrevaloración de las viviendas, se señala en el artículo de Rosa Salvador, supone un freno para todos aquellos compradores que desean adquirir una vivienda.

Los datos aportados en el estudio citado por Rosa Ventura se ha apuntado también que:

  • Los inversores siguen siendo uno de los motores del mercado inmobiliario. La baja rentabilidad de los depósitos hace que los inversores busquen rentabilidades más altas en el mercado inmobiliario.
  • La mayor actividad del mercado inmobiliario viene de quienes buscan una vivienda en la que vivir.
  • El 70% de compradores de vivienda recurren a la financiación hipotecaria.
  • Durante el cuarto trimestre del 2017, y debido a la inestabilidad política, descendió en Barcelona el porcentaje de compras de inmuebles. También ha bajado ligeramente el precio medio de venta en el conjunto de la ciudad. Ese descenso ha sido del 1,34%.

El estudio analizado en el artículo de Rosa Salvador hace hincapié, también, en la problemática del alquiler. De ella ya hemos hablado en algún artículo de este blog. Lo que el aumento de las rentas de alquiler indica es no tanto fruto de lo que hay quien ha llamado “burbuja del alquiler” como de la falta de oferta en ciudades como Madrid o Barcelona para satisfacer las necesidades de una demanda que presiona y que hace incrementar los precios.