Se ha iniciado la “fase expansiva” del sector inmobiliario. Así de tajante se han mostrados los analistas de Caixa Banc Research al hablar del momento actual del mercado inmobiliario. Las compraventas han experimentado un gran crecimiento y los precios empiezan a subir ligeramente.

La jornada de encuentro de profesionales del sector organizada por la Sociedad de Tasación para realizar un pronóstico sobre las perspectivas económicas previstas para el 2016 ha sido el marco que ha servido a Oriol Aspachs, director de macroeconomía de Caixa Banc Research, para exponer su visión optimista sobre los tiempos por venir.

Aspachs, que reconoció la heterogeneidad del mercado inmobiliario español (hay zonas en las que la falta de oferta empuja al alza el precio de los inmuebles y zonas en las que el stock de vivienda sin vender es ya casi insignificante), destacó como aspecto muy positivo de la actual coyuntura económica la “sorprendente recuperación del empleo”. Según cifras aportadas por Caixa Banc Research, el sector de la construcción ha generado este año 500.000 nuevos empleos y se prevé que en 2016 genere una cifra aproximadamente similar.

Otro aspecto positivo destacado por Aspachs es el que hace referencia al esfuerzo inmobiliario, es decir, al tiempo de sueldo que una persona debe destinar para comprar una vivienda. En 2007, en pleno apogeo de la burbuja inmobiliaria, el esfuerzo inmobiliario rondaba los 15 años, esto es: una persona necesitaba el sueldo de 15 años para poder hacer frente a la compra de una vivienda media. En la actualidad, ese esfuerzo se ha reducido a la mitad: el salario de 7,4 años serviría para comprar una vivienda media. El hecho de que, según estos datos, la compra de una vivienda pueda aparecer como algo más accesible a los ojos de un hipotético comprador debe servir para incentivar la compra de viviendas y, así, reavivar el mercado inmobiliario.

Un dato fundamental que reafirma la idea de que la reactivación inmobiliaria es algo que ya está sucediendo es la reducción de la cifra de viviendas sin vender en stock. En 2008 existían en España 1,2 millones de inmuebles sin vender. Se ha estipulado que, durante este verano, la cifra descendió hasta los 462.000 inmuebles. Como se ve, el stock de viviendas sin vender es ahora de menos de la mitad. Las previsiones, además, apuntan a que dicho stock de inmuebles esperando comprador se reduzca a una cifra cercana a los 350.000 inmuebles durante el próximo año.

Según estudios de diversas organizaciones, la mayor parte del stock de viviendas sin vender (el 74%) se concentra en zonas clásicas de segundas residencias y destinos vacacionales como pueden ser la Comunidad Valenciana, Castilla-La Mancha, Andalucía y Murcia.

Las mismas fuentes apuntan que existen unos 6.000 inmuebles vacíos en Madrid y unos 4.300 en Catalunya.

La Sociedad de Tasación, organizadora de la jornada de encuentro de especialistas del mercado inmobiliario fue, por su parte, algo más moderada en su optimismo. Según esta organización, la expansión no ha llegado todavía al mercado inmobiliario. Para ellos, el mercado inmobiliario español está viviendo en la actualidad un momento característico de estabilización. ¿En qué diferencia la Sociedad de Tasación la estabilización de la expansión? Fundamentalmente, en la relación existente entre las transacciones realizadas y las hipotecas firmadas para financiar dichas transacciones. Según la Sociedad de Tasación, ambas cifras deben estar equilibradas. En la actualidad, apuntan, la cifra de transacciones realizadas es mucho más alta que la de hipotecas firmadas. Las hipotecas amortizadas superan todavía en número a las hipotecas concedidas. Cuando sea al revés o se equilibren ambas cifras se podrá hablar con propiedad, según la Sociedad de Tasación, de período expansivo.

Tanto si, tal y como afirma el Caixa Banc Research, la fase que estamos viviendo en el mercado inmobiliario es de expansión como si, tal y como sostiene la Sociedad de Tasación, lo es de estabilización, lo cierto es que las cifras aportadas por las diferentes sociedades y centros de estudios permiten mostrarse optimista respecto al futuro del mercado inmobiliario en nuestra ciudad. Comprar un inmueble en Barcelona supone, a medio o largo plazo, invertir en un activo de futuro.