Tras ocho años de sentir sobre su espalda el peso de la crisis, el salón Barcelona Building Construmat ha vuelto a crecer en extensión y en el número de empresas representadas en él. Inaugurado el martes 23 de mayo en el recinto de la Fira Gran Via de L’Hospitalet de Llobregat, el Barcelona Building Construmat ha estado abierto hasta el viernes 26 de mayo.
La presente edición del Salón de la Construcción ha sido la número vigésima que Fira de Barcelona dedica a este sector. En esta ocasión la innovación tecnológica aplicada al mundo de la construcción ha sido la gran estrella del salón.
En Barcelona Building Construmat hemos podido contemplar desde ladrillos realizados a partir de neumáticos reciclados hasta casas domotizadas y conectadas al móvil que permiten, por ejemplo, decirte qué falta y qué no en tu despensa mientras, en el supermercado, haces la compra. En Barcelona Building Construmat se han podido contemplar, también, sistemas de refrigeración destinados a regular, zona por zona, la temperatura de una oficina, o impresoras 3D que son capaces, por sí solas, de levantar oficinas.
La innovación tecnológica, ha señalado la directora del salón, Iona Ruete, será quien, permita, a medio plazo, inyectar productividad a un sector que destaca todavía por la falta de la misma. Los datos proporcionados por el Instituto Nacional de Estadística son claros al respecto. En 2015, por ejemplo, sólo el 1,1% del gasto total de las empresas españolas que fue destinado a la innovación procedía del sector de la construcción. Ana Vallés, presidenta de Barcelona Building Construmat, ha reafirmado la opinión de Ruete y ha destacado cómo “la innovación es la clave en el futuro de todo proceso constructivo”. En su opinión el salón barcelonés de la construcción debe convertirse en la plataforma ideal para que la industria descubra nuevos horizontes.
Construyendo con impresoras 3D
A tal fin el salón destinó un espacio de unos 2.000 metros cuadrados destinado a que trece universidades y centros tecnológicos mostraran sus proyectos. Entre todos ellos destaca el proyecto One Site Robotics, que combina la tarea de robots, impresión en 3D y drones para, con una acción coordenada de esos elementos, construir pequeñas edificaciones. Este proyecto, que ha salido adelante gracias a la colaboración del Instituto de Arquitectura Avanzada de Catalunya (IAAC) y de las empresas Tecnalia y Noumena, persigue un proceso de construcción más sostenible y funciona con un cableado semejante al que se utiliza para realizar las retransmisiones televisivas de los partidos de fútbol y con unos drones que, dotados de cámaras térmicas, se encargan de revisar en qué momento tanto la estructura como el material destinado a la construcción del edificio está preparado para seguir trabajando. La construcción, por su parte, es llevada a cabo por los robots, que son los encargados de ensamblar las diferentes piezas que ha creado la impresora en 3D. En cierto modo, cuando esta tecnología sea desarrollada, los edificios no se construirán, sino que se “imprimirán”.
¿Ciencia ficción? Ni mucho menos. En Alcobendas, en la comunidad de Madrid, ya se ha instalado un puente de hormigón de doce metros de largo elaborado con el sistema anteriormente descrito.
En el Barcelona Building Construmat se reservó también un espacio en el que doce start-ups mostraban sus productos y proyectos. Uno de esos proyectos es el sistema Plactherm. Desarrollado por la start-up Exploted View, Plactherm podría ser definido como un “suelo inteligente”. Dicho suelo permite regular la temperatura de cada espacio de un piso o una oficina para, así, crear zonas de confort diferenciadas para cada uno de los usuarios del piso u oficina.
Otros proyectos que han podido contemplarse en el Barcelona Building Construmat son, por ejemplo, las piscinas ligeras para cualquier entorno que, utilizando técnicas de impresión en 3D, elabora la marca Unic Pools, o los nuevos e inteligentes sistemas de iluminación para los sectores del comercio, la hostelería o el ocio creados por ProtoPixel.
En el Barcelona Building Construmat han encontrado también su hueco la tecnología BIM, una plataforma en la nube creada por Cocoplan y destinada a gestionar proyectos que posibiliten construir sin pérdidas y herramientas que permiten desde medir el nivel de esfuerzo de los sistemas de hormigón postesado hasta minimizar la incertidumbre geotécnica en grandes proyectos de ingeniería civil.
Materiales y sostenibilidad
En el Barcelona Building Construmat se han reservado espacios destinados a dar a conocer nuevos materiales para conseguir un aceptable nivel de aislamiento térmico y acústico, nuevas tecnologías que servirán para detectar patologías en las fachadas y se ha intentado también promover el enraizamiento en el sector de la construcción de la idea de la “economía circular”. Según el ideario de la “economía circular”, el sector de la construcción debería pasar de un modelo económico lineal basado en producir, consumir y eliminar a un modelo circular basado en reducir, reutilizar y reciclar los residuos. Los defensores de la “economía circular” propugnan, en resumen, que el proceso de construcción de un edificio se vuelva más sostenible.
La búsqueda de dicha sostenibilidad ha permitido que aparezcan materiales y productos tan diversos como pueden ser baldosas hechas con cáscaras de moluscos, paneles aislantes tanto acústicos como térmicos realizados con alcachofas y cuerdas resistentes elaboradas con cabello humano. Todos estos materiales han sido expuestos en el Barcelona Building Construmat. La idea principal que se esconde tras todos estos proyectos es la de aprovechar la gran cantidad de residuos que a diario generamos y buscar la manera de reducir el consumo energético, especialmente en el ámbito del hogar.
En este sentido ha sido especialmente llamativa la propuesta expuesta por el Consorcio Passivhaus de Roto Frank. La propuesta del mencionado Consorcio, recogida en el salón barcelonés, ha sido lo que se conoce como casa pasiva. Este tipo de edificación no posee calefacción y, sin embargo, posibilita el confort de sus moradores. ¿Cómo? Gracias a los materiales con los que está hecha la casa. Ellos, y una máquina de ventilación controlada que, al decir del equipo del Consorcio Passivhaus, “consume menos que una bombilla”, la temperatura de la vivienda se mantiene alrededor de los veinte grados. Viviendas de este tipo permitirían, dentro de algunos años, reducir el consumo energético del hogar en un porcentaje que ronda el 90%.
En total han sido 800 marcas las que han estado representadas en el Barcelona Building Construmat, un 33% más que en la última edición del salón. La extensión de terreno destinado al salón ha aumentado también un 27% respecto al ocupado hace dos años, alcanzándose en esta edición un total de 13.800 metros cuadrados.