Las ciudades de más de 100.000 habitantes ya han vendido las viviendas que quedaron sin vender tras el estallido de la burbuja inmobiliaria. Ese dato, sin duda indicador de la recuperación del mercado inmobiliario, está recogido en el informe del observatorio Servihabitat Trends.
Servihabitat, servicer para la gestión de activos financieros e inmobiliarios controlado por el fondo TPG y por CaixaBank, ha presentado su informe anual sobre la situación actual y las perspectivas del mercado residencial en España. En dicho informe Servihabitat señala cómo las transacciones inmobiliarias están creciendo a un ritmo del 10% anual y resalta cómo ese incremento de las transacciones está empujando el precio de los inmuebles al alza.
La activación de la demanda de quienes esperaban la estabilización tanto de los precios como del mercado laboral, el aumento de inversores tanto nacionales como internacionales y la ligera apertura del mercado hipotecario (los bancos vuelven, cada vez menos tímidamente, a conceder hipotecas) son los principales factores que, según Servihabitat, han activado el mercado inmobiliario hasta el punto de que se prevé que durante el presente año se vendan alrededor de las 440.000 viviendas y que alrededor del 70% de ella sea de segunda mano.
Pese a la subida de los precios de los inmuebles (que está siendo más pronunciada en Baleares, Comunidad Valenciana, Catalunya y Comunidad de Madrid), la vivienda se muestra ahora más asequible que en el punto álgido de la burbuja inmobiliaria. En 2009, una familia debía dedicar 9 años de salario a la compra de una vivienda. En la actualidad, una vivienda del mismo tipo puede ser adquirida invirtiendo en ella 5,5 años de salario.
A esta moderación del precio de los inmuebles hay que sumar otro factor que también favorece la reactivación del mercado. Ese factor es el de la caída de los tipos de interés. En la actualidad, una familia media destina al pago de la hipoteca alrededor del 32% de sus ingresos. En el 2009, la hipoteca media de una familia absorbía el 60% del salario de la misma.
Ese aumento de la demanda ha tenido un efecto directo sobre el stock de pisos sin vender: este stock se ha reducido. Según los datos recogidos en el informe anual de Servihabitat sobre el mercado residencial español, se espera que, cuando finalice el año en curso, queden sólo 367.500 viviendas sin vender, nada más y nada menos que un 25% menos de las que quedaban al acabar 2015.
La falta de pisos de obra nueva está haciendo que vuelva a adquirir relevancia un fenómeno al que ya dedicamos un post en esta sección. Ese fenómeno es el del retorno de la venta sobre plano. El informe de Servihabitat resalta el buen estado de salud de esta modalidad de venta. Hay promociones de ventas sobre plano que se venden en cuestión de días.
Madrid, Barcelona y sus áreas metropolitanas son las zonas del Estado en las que la recuperación de la obra nueva se hace más patente. Es en estos puntos geográficos, junto a Baleares, Alicante y Canarias, donde la demanda de obra nueva es más elevada. La carencia de esta obra nueva en estos puntos está ayudando a impulsar la construcción residencial.
De entre todas las Comunidades Autónomas españolas, Catalunya, según recoge el informe de Servihabitat, figura entre las que poseen mayor actividad inmobiliaria. Ese dinamismo se concentra de manera especialmente relevante en el área metropolitana de Barcelona. En Tarragona y Girona la demanda va despertando poco a poco, aunque todavía es débil. En Lleida, por contraste, sigue habiendo un exceso de stock de viviendas por vender. De las zonas costeras, tan importantes a la hora de dibujar un mapa del mercado inmobiliario catalán, sólo la Costa Brava presenta señales de reactivación inmobiliaria en sus localidades más importantes. En esta zona, y según señala el informe de Servihabitat, el 35% de los compradores son extranjeros.