Yvonne Farrel (1951) y Shelley McNamara (1952). Estos son los nombres de las dos arquitectas que han sido galardonadas con el Premio Pritzker 2020 por, según reza en el fallo del jurado de este premio que es considerado popularmente “el Premio Nobel de Arquitectura”, ser “pioneras” en un sector dominado por hombres. Según figura también en el fallo del premio, la obra arquitectónica realizada por Farrel y McNamara es una obra “marcada por la integridad, que respeta el lugar y la comunidad en que es construida”.

Yvonne Farrel y Shelley McNamara han marcado un hito en la historia (y así lo ha resaltado la prensa de todo el mundo) al ser el primer equipo femenino en ganar el Pritzker desde que estos premios, concedidos por la Hyatt Foundation, con sede en Chicago (EE.UU.), se fundaran en 1979. Sí habían sido premiadas antes que ellas la arquitecta de origen iraquí Zaha Hadid, la japonesa Kazuyo Sejima y la catalana Carme Pigem, pero todas ellas, o lo habían ganado en solitario (caso de Hadid) o lo habían hecho formando parte de un despacho premiado (casos de Sejima con el despacho Sanaa y de Pigem con RCR), pero nunca el Pritzker había recaído en un equipo formado por mujeres.

Yvonne Farrel y Shelley McNamara se conocieron en el University College de Dublín, en los años setenta, cuando ambas eran estudiantes de arquitectura. Al finalizar sus estudios, Farrel y McNamara decidieron trabajar juntas y abrir un despacho en el centro de Dublín, en la calle Grafton. El nombre de esa calle sirvió a las dos recién graduadas arquitectas para dar nombre a su despacho, Grafton Architects. Era el año 1978 y por delante quedaba toda una larga carrera que hoy, más de cuarenta años después, ha sido reconocida con este premio. Durante todos esos años, Farrel y McNamara han compaginado la práctica profesional de la arquitectura con la docencia sobre la misma. Durante treinta años, las dos arquitectas premiadas con el Pritzker 2020 han sido profesoras en la misma universidad en la que se graduaron como arquitectas en 1974 y han ocupado cátedras en Harvard y Yale y ha impartido clases en diversas escuelas de arquitectura europeas.

En 2018, Yvonne Farrel y Shelley McNamara fueron comisarias de la Bienal de Venecia, donde se defendía un tipo de construcción que valorara, por encima de todo, el espacio libre.

Defensoras de una arquitectura concebida como un “servicio a la humanidad”, Yvonne Farrel y Shelley McNamara han desarrollado una obra que, alejada de cualquier intención de crear una moda, formar un sello o dejar una imagen imborrable e impactante en alguna ciudad, lo que ha buscado es crear espacios habitables e inyectar humanidad a las ciudades.

Influidas por el brutalismo y, en especial, por las propuestas arquitectónicas del arquitecto brasileño Paulo Mendes da Rocha, Yvonne Farrel y Shelley McNamara han intentado combinar a lo largo de toda su carrera esa inspiración originariamente brutalista con la firme voluntad de atender en todo momento a la especificidad del lugar en el que se levantaba cada uno de sus proyectos y también con el respeto al medio ambiente.

Las obras de Farrel y McNamara son el resultado de combinar fuerza y delicadeza y el resultado final de un intento marcadamente humanista de afrontar soluciones a problemas de índole global y local creando espacios que sean al mismo tiempo grandiosos y modestos y que sirvan para convertir las ciudades en lugares más habitables. En las obras de las dos arquitectas premiadas por la Hyatt Foundation, lo público y lo privado, lo interior y lo exterior, dialogan entre sí para, de ese modo, plasmar una de las ideas que McNamara y Farrel tienen siempre presente, y es que, según su visión de la arquitectura (y en boca de McNamara), “la arquitectura es el marco de la vida humana. Nos une y nos conecta al mundo de una manera que no lo consigue ninguna otra disciplina relacionada con el espacio”.

Entre las obras arquitectónicas más importantes realizadas por el equipo de Grafton Architects hay que destacar:

  • Urban Institute of Ireland (2002), en Dublín.
  • Oficinas del Ministerio de Finanzas (2009), en Dublín.
  • Universitá Luigi Bocconi (2008), en Milán.
  • Campus Universitario UTEC (2015), en Lima.
  • Institut Mines Télécom (2019), en París.
  • Facultad de Economñia Université Toulouse 1 Capitole (2019), en Toulouse.

Junto a éstos, Farrel y McNamara han realizado otros proyectos en países como el Reino Unido. En Londres, precisamente, las dos arquitectas premiadas con el Pritzker 2020, junto al equipo de Grafton Architects, formado por unas 30 personas, están construyendo la nueva sede del London School of Economics. Ese mismo equipo, a su vez, está desarrollando el proyecto de la Biblioteca Central de Dublín.