En diciembre de 2014 dábamos cuenta en nuestro post Golden Visa: visado de residencia mediante inversión inmobiliaria de cómo la Ley 14/2013 de 27 de septiembre o “Ley de Apoyo a los emprendedores y su internacionalización” abría la puerta a la concesión de permisos de residencia a aquellos ciudadanos extracomunitarios que invirtieran en nuestro país. La Ley ofrecía también la posibilidad de adquirir el permiso de residencia a los trabajadores cualificados, a los investigadores o a todos aquellos empleados de aquellas empresas que se hubieran trasladado a España.
Para obtener el permiso de residencia, y según se indica en la mencionada Ley 14/2013 de 27 de septiembre, para que la inversión realizada otorgue el derecho a dicho permiso de residencia, el solicitante del mismo debe cumplir alguno de los siguientes requisitos:
- Que el desembolso realizado por él haya sido igual o superior a dos millones de euros en deuda pública española.
- Que el desembolso equivalga a un millón de euros en acciones, participaciones o depósitos radicados en España.
- Que se haya adquirido un inmueble sito en España por un valor de, al menos, 500.000 euros.
- Que se haya invertido en un proyecto empresarial que genere empleo, tenga un impacto relevante en la región en que se desarrolle o conlleve una aportación significativa a la innovación científica o tecnológica.
Aparte de cumplir estos requisitos, quien quiera acogerse a las posibilidades recogidas por la 14/2013 de 27 de septiembre para adquirir el permiso de residencia en España no deberá poseer antecedentes penales y deberá contar con los recursos económicos mínimos para mantenerse. Esos recursos se establecen en un mínimo de 2.130 euros al mes más 530 euros por cada familiar.
En fechas recientes se ha conocido los datos que, proporcionados por la Secretaría de Estado de Comercio, dan cuenta de los resultados obtenidos a partir de la entrada en vigor de dicha ley. Según los datos de la Secretaría de Estado de Comercio, las autorizaciones de concesión de permiso de residencia han ascendido a un total de 27.301 individuos, incluyendo en dicha cifra tanto a los profesionales como a los familiares de los mismos.
Los datos proporcionados por la Secretaría de Estado de Comercio apuntan a que son las fortunas rusas y chinas las que más han aprovechado la legislación española para conseguir una Golden Visa o visado de oro. Desde septiembre de 2013, 714 ciudadanos chinos han conseguido el permiso de residencia en territorio español gracias a haber invertido en nuestro país un total de 716 millones de euros, algo más de un millón de euros por cabeza de media. Esos millones han servido para financiar activos inmobiliarios, financieros y todo tipo de proyectos empresariales.
Tras los ciudadanos chinos, y con un total de 685 autorizaciones y 567 millones de euros de inversión, figuran los ciudadanos rusos.
España no es, en la actualidad, el único país que posee una legislación que concede permisos de residencia a cambio de inversión. De un modo u otro también lo hacen Alemania, Francia, Reino Unido, Irlanda o Portugal. España, inspirándose en alguna de las legislaciones de los países citados, ofreció la posibilidad de conseguir el permiso de residencia no sólo a aquellas personas de países no comunitarios que llegaran a nuestro país dispuestas a invertir.
Las cifras aportadas por la Secretaría de Estado de Comercio sobre los motivos de concesión de los permisos de residencia son las siguientes:
- 5.315 permisos a profesionales cualificados. Entre éstos, destacan 665 venezolanos, 530 chinos y 453 estadounidenses.
- 3.551 permisos concedidos a trabajadores por traslado intraempresarial. Entre éstos, predominan los ciudadanos estadounidenses y chinos.
- 1.483 visados de formación o investigación concedidos prioritariamente a ciudadanos colombianos, indios, chinos, mexicanos e iraníes.
Los permisos de residencia derivados de la aplicación de la Ley 14/2013 han ascendido hasta la cifra de 12.891 para emprendedores y de 14.410 para familiares de los mismos.
La Ley 14/2013 ha servido para potenciar ante los ojos de los inversores extracomunitarios el atractivo de ciudades como Madrid o Barcelona o de regiones como las zonas costeras para ser incluidas en sus agendas de inversión.