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Alternativas a los cerrajeros
No es nada agradable querer entrar en la propia vivienda y descubrir que nos hemos dejado la llave dentro. ¿Cómo actuar en un caso así? Siempre se puede llamar al cerrajero, claro, pero eso siempre implicar esperar y, por supuesto, pagar un servicio. Si queremos ahorrarnos tanto el coste de dicho servicio como el tiempo de espero debemos conocer la respuesta a la siguiente pregunta: ¿cómo abrir una puerta sin llave?
En este artículo vamos a explicar cómo abrir una cerradura sin llave. Serán varios los trucos o técnicas a los que hagamos referencia. Todos ellos servirán para actuar sobre el bombín, que es la parte de la cerradura en la que se introduce la llave.
En este pequeño tutorial sobre cómo abrir una puerta cerrada si no disponemos de la llave de la misma vamos a proponer tres métodos poco invasivos y que, bien aplicados, no dañarán el mecanismo de la cerradura.
Antes de emplear cualquiera de esos trucos o técnicas es necesario conocer cuáles son las partes de una cerradura. A ello nos vamos a referir en el siguiente apartado.
Partes de una cerradura
Son muchos los tipos de cerraduras que podemos encontrar en la actualidad. El nivel de seguridad que ofrece cada una es diferente, pero, básicamente, todas están compuestas por las mismas partes, que son las siguientes:
- Bombín, bombillo o cilindro. Es el mecanismo que nos permite abrir y cerrar una puerta. Es decir: la pieza en la que se introduce la llave.
- Resbalón. Pieza con forma de cuña que mantiene la puerta cerrada cuando no se ha echado la llave. Se puede mover con ésta o con el pomo.
- Bulones o paletón. Son las piezas que, al girar el llavín para cerrar, salen y entran en el cerradero.
- Cerradero. Placa metálica situada en el marco y en la que entran los bulones o el paletón.
- Pomo o tirador. Pieza que nos permite accionar la cerradura y abrir cuando los bulones no están cerrados.
- Frontal. Pieza que, colocada en el lateral de la hoja y fijada a ella por tornillos, cubre la cerradura y hace que el bombín quede sujeto a aquella.
En algunos casos, todas estas piezas quedan protegidas por el escudo, cuyo misión principal es dificultar el acceso al bombín. Éste, como hemos indicado anteriormente, es la pieza fundamental de todo el mecanismo y está compuesto por las siguientes partes:
- Cuerpo o chasis.
- Pernos y contrapernos o pitones. De ellos depende en gran medida la seguridad. Se adaptan al perfil de la llave. Cuantos más hay, más difícil resulta forzarlos con una ganzúa o plagiar la combinación.
- Resortes o muelles. Cargan los pernos y permiten su recuperación.
- Leva. La leva es una palanca que acciona la cerradura. El mecanismo del bombín gira gracias a ella
- Rotor. Pieza que permite que el llavín entre y que transmita el giro realizado por el mismo a la leva.
- Embrague. Su función es controlar el lado desde el que se realiza el giro.
Vistas las diferentes partes de la cerradura en general y del bombín en particular, vamos a ver cómo tenemos que actuar para abrir una puerta sin llave.
Cómo abrir una cerradura sin llave con ganzúa
Se conoce con el nombre de ganzúa a un instrumento consistente en un alambre fuerte doblado en uno de sus extremos y destinado a abrir cerraduras sin llave.
Los cerrajeros, lógicamente, disponen de una amplia colección de este tipo de herramienta. Las ganzúas no son sólo cosas de amigos de lo ajeno.
Para abrir una puerta con ganzúas debemos seguir los siguientes pasos:
- Elegiremos un buen tensor (no demasiado grande) y una ganzúa para actuar sobre los pernos.
- Meteremos el tensor en la parte superior de la bocallave y realizaremos una leve presión hacia el lado en que se gira el llavín para abrir.
- Meteremos la ganzúa e iremos palpando los pernos hasta comprobar cuál de ellos opone mayor resistencia. A continuación haremos presión sobre él hasta notar que ha quedado colocado.
- Iremos haciendo lo mismo con el resto de los pernos. Con cada perno que quede colocado notaremos cómo el rotor del bombín avanza un poco.
- Cuando hayamos actuado sobre todos los pernos notaremos que el rotor girará por completo y la puerta se abrirá.
Pero… ¿y si no tenemos ganzúa? En ese caso, podemos recurrir a algún objeto o instrumento que pueda actuar como tal. Las horquillas del pelo, por ejemplo, pueden servirnos. ¿Cómo? Siguiendo los siguientes pasos:
- Cogeremos dos clips y a uno de ellos, doblándolo, le daremos forma de L. El objetivo de darle esa forma es que nos sirva de tensor.
- Doblaremos el otro clip haciendo con él diferentes triángulos como si fueran los dientes de una llave.
- Introduciremos el clip con forma de L por la parte más corta en la parte superior de la cerradura y haremos una leve presión hacia el lado de apertura de la misma.
- Introduciremos el clip con formas triangulares en el bombín e iremos palpando uno a uno los diferentes pernos. Con ello conseguiremos que se vayan colocando en la llamada línea de corte.
- Cuando estén posicionados todos los pernos la cerradura girará, dará la vuelta y habremos conseguido abrir.
Cómo abrir una puerta con una tarjeta
Quien más quien menos ha escuchado o ha visto alguna vez que se puede abrir una puerta con una tarjeta.
Lo primero que hay que saber antes de utilizar esta técnica es que no sirve para todo tipo de cerraduras y que, mal realizada, puede rayar (aunque no dañar gravemente) tanto el marco como la hoja.
Para aplicar esta técnica necesitamos tener una tarjeta de plástico lo más fina posible.
Una vez la tengamos, la meteremos entre el marco y la hoja. Llegados al resbalón, tiraremos de la tarjeta suavemente hacia abajo.
Si lo hemos hecho correctamente, escucharemos un chasquido y la puerta se abrirá.
Tras abrir la puerta se recomienda coger las llaves y accionar la cerradura para comprobar que, tras nuestra intervención, funciona correctamente.
Otro consejo a tener en cuenta a la hora de aplicar esta técnica es que no hay que forzar con la tarjeta si encontramos alguna resistencia al intentar abrir la puerta, ya que podríamos provocar alguna avería que complicaría posteriormente la apertura del mecanismo.
Cómo abrir una puerta con el sistema bumping
Para aplicar esta técnica se necesitan unas llaves de percusión o llaves bumping y también un pequeño martillo de goma o cualquier objeto que sirva para golpear y generar la vibración que permitirá que el mecanismo se abra.
Las bumping son unas llaves especiales que están diseñadas para un tipo de cerraduras en concreto y que sirven para abrirlas sin causar daño alguno en ellas.
Esta técnica se aplica de una forma muy sencilla. Lo primero que hay que hacer es introducir hasta el final la llave bumping que corresponda al modelo de cerradura que queramos abrir. Tras ello la sacaremos apenas un centímetro.
Una vez colocada de ese modo, haremos presión levemente hacia el sentido en que se giraría el llavín para abrir la puerta. Hecho eso, daremos un golpe seco en el llavín. Ese golpe hará que los pernos salten y se alineen en la línea de corte.
Para que la técnica dé resultado es imprescindible aplicar la presión justa a la llave. Es decir: no hay que pecar ni por exceso ni por defecto.
Más allá de estas técnicas siempre puede recurrirse a métodos más invasivos y destructores, como puede ser el de utilizar un taladro u otro instrumento para, literalmente, reventar el llavín y extraerlo.