Desde el instante mismo en que empezaron a hacerse especulaciones sobre la posible salida del Reino Unido de la Unión Europea empezaron, también, a hacerse elucubraciones sobre el efecto que dicha salida podía tener sobre el mercado inmobiliario español. En su momento, recién realizado el referéndum británico en el que los votantes del Reino Unido decidieron salir de la Unión Europea, en este blog dedicamos un artículo titulado “El Brexit: una oportunidad para España”. En aquel artículo destacábamos cómo Madrid y Barcelona podían convertirse en dos excelentes candidatas para atraer a aquellas instituciones y empresas que, obligadas por las nuevas circunstancias, se vieran obligadas a salir de Londres.
Las especulaciones siguen vivas casi un año después. Sin ir más lejos, el diario El Mundo publicó el pasado 7 de abril un artículo firmado por Macarena P. Lanzas titulado del siguiente modo: “¿Será Madrid la nueva City europea si hay un éxodo empresarial por el Brexit?”. En dicho artículo se destaca en boca de una fuente consultada cómo el Brexit implica para las empresas británicas el dejar de disponer de un marco comunitario único, lo que acarrearía, para muchas empresas, una pérdida de oportunidades de negocio que muchas de ellas no podrían asimilar.
Macarena P. Lanzas se hace eco en su artículo de un informe según el cual “el 14% de las empresas con actividad en el Reino Unido afirma que relocalizará parte o toda su actividad en otras ubicaciones”. ¿Qué ubicaciones podrían ser ésas? Hay puja, y la puja, de momento, está liderada por París. Tras la capital francesa, las ciudades alemanas Frankfurt y Berlín y, en menor medida, Madrid, podrían considerarse aspirantes a recoger a todas aquellas empresas que, marchando de Londres, buscaran dónde desarrollar su actividad. Barcelona también estaría incluida entre las ciudades más atractivas para la inversión extranjera. Concretamente, Barcelona ocuparía, en ese ranking, el puesto número 10 de la lista.
Cada uno de los países se está postulando en estos últimos tiempos. Lanzas destaca cómo la vicepresidenta del Gobierno Soraya Sáenz de Santamaría señaló hace unos meses que intentaría traer a España las sedes de dos instituciones comunitarias, la Autoridad Bancaria Europea (EBA) y la Agencia Europea del Medicamento (EMA).
Hay muchos expertos que señalan que será el trato fiscal que dichas empresas reciban el factor que, finalmente, decida el lugar de destino de todas aquellas empresas que decidan abandonar la City londinense. El impulsar la candidatura de Madrid como lugar ideal para que recalen dichas empresas es el objetivo de una serie de organismos como pueden ser la Comisión Nacional del Mercado de Valores (CNMV), el Tesoro, el Icex, la Asociación de Consultoras Inmobiliarias (ACI) o grandes propietarios como Merlin. Todos estos organismos están colaborando ya con la Comunidad de Madrid y el Ayuntamiento de la capital española para impulsar la candidatura madrileña.
Entre las acciones que el empresariado español está realizando para atraer a las empresas que huyan del Brexit hay que destacar, por ejemplo, la conferencia que en la Embajada Española en Londres se celebró hace unos días. En dicha conferencia, y ante la presencia de un centenar de representantes del sector financiero británico, Sebastián Albella, presidente de la CNMV; Carlos San Basilio, director del Tesoro; Ricardo Martí Fluxá, presidente del la Asociación Española de Consultoras Inmobiliarias; José Carlos García de Quevedo, directivo del ICEX, y Carlos Bastarreche, embajador en Londres; los conferenciantes expusieron el deseo de convertir a España en lugar de destino de esas empresas que huyen del Brexit y expusieron las que, según su punto de vista, deben ser las reformas que deben afrontarse para hacer que España resulte atractiva a dichas empresas.
Para que todos los esfuerzos den un resultado óptimo y se consiga, finalmente, atraer a esas empresas que, huyendo del Brexit y de sus efectos sobre la economía británica, están empezando a buscar un lugar bajo el sol, el sector inmobiliario español ha reclamado a las autoridades de nuestro país un plan urgente de actuación en el terreno fiscal.
Otros países, señalan las empresas del sector inmobiliario, ya están haciendo los deberes, es decir: están diseñando un plan de actuación en el terreno impositivo. España, para poder competir, debería diseñar una fiscalidad favorable a las rentas más altas. Una de las medidas, en ese sentido, podría ser recuperar la famosa Ley Beckham (o sea: el Real Decreto 687/2005).
¿En qué consistía la llamada Ley Beckham? Fundamentalmente, en un trato fiscal privilegiado para los extranjeros que se mudasen a nuestro país. Vigente entre 2005 y 2010, la Ley Beckham permitía a aquellos extranjeros que se mudaran a España el tributar como no residentes. De ese modo, el extranjero mudado a España cotizaba al tipo general del 24%. Sin dicha ley, la cotización podría haber llegado hasta el 43%.
La agresividad fiscal será, según las grandes empresas inmobiliarias españolas, una de las claves a la hora de atraer a las firmas que marchen de Londres a consecuencia del Brexit.
Otros de los factores que podrían determinar la decisión final de dichas empresas serían la mayor o menor agilidad administrativa de los países que optaran a su relocalización y las políticas urbanísticas impulsadas desde las respectivas administraciones. En ese sentido, las licencias, señala el sector empresarial, deberían aprobarse con mayor rapidez de lo que se hace en la actualidad en un país en el que, en determinadas ocasiones, la excesiva burocratización acaba ahogando a la iniciativa empresaria.
El conceder incentivos a empresas y particulares, el garantizar la seguridad jurídica y el clasificar de manera positiva serían, también y desde el punto de vista de las empresas inmobiliarias españolas, una buena medida para conseguir que las empresas que, a causa del Brexit, marchen del Reino Unido, se instalen en España.