Los datos los proporciona la consultora inmobiliaria CBRE y no dejan lugar a dudas: en 2015 la inversión inmobiliaria crecerá de forma ostensible hasta superar el record que se estableció en 2007 con 10.000 millones de euros. Según la citada consultora, en el año en curso la inversión inmobiliaria ascenderá a una cifra que se prevé que oscile entre los 12.000 y los 14.000 millones de euros.
Atrás quedan los momentos más duros de la crisis del sector, que tocó fondo en 2012. La lenta recuperación que se inició en 2013 y se afianzó en 2014, parece acelerarse gracias, fundamentalmente, a la inversión extranjera y a la realización de grandes operaciones como puede ser la compra de Testa, patrimonio de Sacyr, por parte de la socimi (sociedad cotizada de inversión inmobiliaria) Merlin, fijada en una cantidad de unos 3.500 millones de euros.
La confianza, el interés y el dinero parecen confluir de nuevo en un sector inmobiliario en el que, sobre todo, pesa positivamente el interés mostrado por unos inversores internacionales que confían en la recuperación definitiva de la economía española. Según los datos aportados por CBRE, del total de las inversiones inmobiliarias realizadas hasta la fecha en el presente año, el 32 % pertenecen, directamente, a inversores extranjeros. En realidad, el porcentaje es mayor, ya que las socimi se consideran capital español aunque, en el fondo, sea mucho el capital extranjero que participa en ellas.
El informe de CBRE habla no sólo de cómo ha aumentado el volumen de inversiones inmobiliarias. También destaca cómo ha aumentado el número de operaciones. Los minoristas y las oficinas han destacado como segmentos favoritos de los inversores; el sector hotelero se ha afianzado en el tercer lugar de los objetivos inversores focalizando el 18% de las inversiones, y centros comerciales como Puerto Venecia (Zaragoza), Espacio León y Zielo (Pozuelo de Alarcón) han cambiado de manos.
Los inversores tradicionales e institucionales han ido ocupando el espacio que en 2011 y 2012 ocuparon los fondos buitres, que, sin desaparecer, siguen centrando su interés en el suelo, en productos residenciales y en zonas secundarias. Los inversores extranjeros que actualmente están actuando en el mercado inmobiliario español lo están haciendo, en muchos casos, estableciendo alianzas estratégicas entre inversores extranjeros y socios locales. Éstos aportan la experiencia y el conocimiento del mercado y, aquéllos, el capital necesario para realizar las inversiones.
Del total de inversiones, el 57% proviene de fondos de inversión, el 21% de promotores inmobiliarios, el 20% de inversores privados y el 19% de socimis.
Los datos revelados por el informe de la consultora inmobiliaria CBRE dejan a las claras que la inversión inmobiliaria vuelve a ser negocio en España. Invertir en inmuebles, pues, vuelve a ser una excelente manera de obtener unos muy interesantes beneficios a medio plazo.