23.000 árboles y arbustos. Ésa, aproximadamente, es la cantidad aproximada de árboles y arbustos que existen en Central Park. Y esa será, también, la cantidad de árboles y arbustos que existan entre las paredes interiores y exteriores, así como en los suelos de los cuarenta apartamentos de lujo existentes en la Tao Zhu Yin Yuan, el edificio de 101 metros de altura que el arquitecto belga Vincent Callebaut está levantando en Taipéi.
Esos 23.000 árboles y arbustos, colocados en toda la extensión de este innovador edificio helicoidal cuya forma está inspirada en una cadena de ADN, tendrán la capacidad de absorber 130 toneladas de dióxido de carbono al año, aproximadamente la cantidad de dióxido de carbono que anualmente generan 27 autos.
La Tao Zhu Yin Yuan (conocida también como Agora Garden) tendrá 21 plantas y cada una de ellas girará 4,5 pisos respecto al anterior. El edificio proyectado por Vincent Callebaut se une a otros jardines verticales existentes en el continente asiático como puede ser el Green Wall de Seúl.
La apuesta arquitectónica de Vincent Callebaut
Vincent Callebaut, que se ha definido a sí mismo como arquibiotecto, ha creado algunas de las construcciones ecológicas más importantes que se han creado durante los últimos años. A él se debe, por ejemplo, el diseño de un jardín flotante que debe servir para limpiar los ríos de Europa o la creación de rascacielos bajo el agua que puedan edificarse con basura reciclada encontrada en los océanos. Entre sus proyectos figura la realización de una granja urbana de 132 pisos en Nueva York o el intento de convertir París en una ciudad verde inteligente hacia el año 2050.
Vincent Callebaut considera que la arquitectura, que tradicionalmente ha servido para proteger al hombre de la naturaleza, debe servir para “reconciliar a los seres humanos y sus ecosistemas naturales”. Perseguir una “correcta simbiosis entre el ser humano y la naturaleza” es, según ha declarado en alguna entrevista Vincent Callebaut, uno de sus objetivos como arquitecto.
Vincent Callebaut firma proyectos tan ambiciosos y tan directamente relacionados con la llamada arquitectura verde como pueden ser, por nombrar algunos proyectos, el proyecto residencial Tour & Taxis en la ciudad de Bruselas, el Nido de las Golondrinas del Parque de Taichung (Taiwán) o el Flavors Orchard de China.
Con el Tour & Taxis, Callebaut quiere remodelar la zona portuaria de su ciudad natal (Bruselas). Dicho proyecto incluye la presencia de un estanque que servirá para atraer la biodiversidad de Bruselas y un islote dentro de la laguna que servirá de espacio en el que celebrar eventos, exposiciones y un auditorio al aire libre.
El Nido de las Golondrinas, por su parte, es un edificio que funciona como un ecosistema urbano. Si tuviéramos que describir este espectacular edifico diseñado por Vincent Callebaut hablaríamos de un triángulo girado 80 veces alrededor de una cinta de Moebius elíptica.
El Flavors Orchard de China es un proyecto que incluye 45 villas que están distribuidas dentro de una extensión natural que podría ser considerada una especie de huerto urbano. Este proyecto, que intenta combinar las comodidades propias de la ciudad con las ventajas de vivir en el campo, intenta frenar el éxodo rural que, desde hace años, padece china. Todos los edificios que integran este proyecto de Callebaut están conectados a una red eléctrica inteligente cuya función es la de distribuir la energía limpia entre los habitantes de la población. El proyecto de Vincent Callebaut prevé que cada villa posea un diseño solar pasivo que les permita ser muy eficientes energéticamente
Agora Garden: un cuerpo de esquiador
Como vemos, la preocupación principal de Vincent Callebaut es la de integrar la naturaleza en el mismo edificio o, en su caso, servirse de lo que la naturaleza nos provee (aire, sol, luz) para hacer que el edificio en cuestión sea más eficiente energéticamente. En el caso del Agora Garden, esto se consigue en gran medida integrando el jardín en el mismo edificio. O, en palabras del propio Callebaut, haciendo que el jardín sea, en sí mismo, el edificio. Para Callebout, la Tao Zhu Yin Yuan de Taipéi presenta un concepto de eco-construcción residencial sostenible que ayudará a reducir la huella de carbono de los habitantes de esta ciudad que, situada en el extremo norte de la isla de Taiwán, es la capital de facto de la República China.
Es precisamente en la filosofía china tradicional donde Callebaut ha encontrado un principio inspirador a la hora de crear la estructura del Agora Garden. Ese principio es el taiji, un concepto que está relacionado con el principio generador de todas las cosas. Ese principio se plasmaría, al decir de Callebaut, en la manera de rotar la estructura. Ese modo particular de rotación de la estructura (que convertirá, sin duda, a la Tao Zhu Yin Yuan en un icono arquitectónico fácilmente reconocible en todo el mundo) se relaciona también, directamente, con la ya mencionada cadena del ADN y con lo que Vincent Callebaut dice que es el cuerpo de un esquiador. Según este paralelismo, el núcleo central de la torre sería el cuerpo humano, la estructura reticular de cinco metros a partir de la planta 21 serían los brazos y las megacolumnas a ambos lados serían los bastones de esquiar.
El Agora Garden combina estética y mecánica siguiendo una manera de diseñar que ha creado tendencia en la arquitectura y que se fundamenta en la voluntad de plasmar formas irregulares con resonancias orgánicas.
El Agora Garden incorpora en su estructura un sistema de reciclado de agua de lluvia, al tiempo que dispone de placas solares, ascensores de bajo consumo eléctrico y de un sistema de aprovechamiento inteligente de la energía que la permitirá ahorrar consumo de la misma en función de la climatología de cada momento.
Críticas al proyecto de Callebaut
La Tao Zhu Yin Yuan de Taipéi no ha sido recibida, sin embargo, con el mismo entusiasmo por todos los arquitectos y expertos en arquitectura. Hay arquitectos, por ejemplo, que han resaltado hasta qué punto la relación existente entre el beneficio medioambiental y el coste de construcción del Agora Garden “da para un debate”. Así lo ha expresado por ejemplo Germain Canon, un arquitecto con sede en Taipéi y cuya opinión recoge Daniel García en un artículo editado recientemente en el diario El País. Germain señala también la paradoja que se da en un edificio que, como el Agora Garden de Vincent Callebaut, se pretende erigir en símbolo de la lucha contra el calentamiento global y la emisión de gases tóxicos. Y es que en la estructura de la Tao Zhu Yin Yuan se da una importancia sin duda paradójica al transporte en coche. De hecho, el edificio diseñado por Callebaut (y que no deja de ser un edificio de apartamentos de lujo) hasta dispone de ascensores para que los automóviles puedan ser llevadas hasta la misma planta en que se encuentre el apartamento de su propietario. Algo que, sin duda, y en un país en el que gran parte de la población no puede acceder a la posesión de un piso de propiedad, puede ser contemplado como un capricho un tanto elitista.