El certificado energético de un piso es un documento que evalúa la eficiencia energética de una vivienda. Cuando se realiza la tasación de un piso, éste es uno de los aspectos que los tasadores suelen valorar.
En este artículo exploraremos todo lo que necesitas saber sobre este certificado, desde su definición hasta los beneficios que ofrece tanto a propietarios como a inquilinos.
También analizaremos el proceso de obtención del certificado, así como las formas en las que puedes mejorar la eficiencia energética de tu piso.
Por último, destacaremos cómo la certificación energética se convierte en una herramienta importante para el cuidado del medio ambiente.
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¿Qué es el certificado energético y cómo se obtiene?
El certificado energético es un documento oficial que evalúa hasta qué punto es eficiente energéticamente hablando un piso o vivienda. Este documento proporciona información sobre el consumo de energía del inmueble y su impacto ambiental.
Para obtenerlo, es necesario contratar a un técnico especializado en certificación energética, quien realizará una visita al inmueble para recopilar información sobre su estructura, sistemas de calefacción y refrigeración, aislamiento, iluminación, entre otros aspectos.
Durante esta visita, el técnico tomará medidas y fotografías que serán utilizadas para evaluar la eficiencia energética del piso y, en base a la información recogida, emitirá un informe.
Dicho informe recoge principalmente es el dióxido de carbono que dicho inmueble libera a la atmósfera y el consumo de energía. Éste último se indica plasmando el resultado de la fórmula Kw h/ m2 por año.
Por su parte, el grado de eficiencia energética del inmueble se plasma mediante una de las siete calificaciones distintas que pueden otorgarse y que van de la A a la G y a las que les corresponde, a su vez, siete colores distintos: verde oscuro (A), verde más claro (B), verde amarillento (C), amarillo (D), amarillo anaranjado (E), naranja (F) y rojo (G).
En esta clasificación, la A correspondería al mayor nivel de eficiencia y la G al nivel más bajo. Esta clasificación debe aparecer claramente señalada en lo que se conoce como la etiqueta energética, que es algo así como el resumen del informe y que tiene la apariencia física de las etiquetas que figuran en los electrodomésticos.
Finalmente, el certificado energético recoge las pruebas, las comprobaciones e inspecciones llevadas a cabo durante el proceso de toma de datos y una serie de recomendaciones realizadas por el técnico evaluador para mejorar la eficiencia energética del inmueble evaluado.
Este proceso permite a propietarios e inquilinos conocer el consumo de energía del inmueble y tomar medidas para reducirlo, lo que se traduce en un ahorro económico y una menor huella ambiental.
Una vez obtenido el certificado, éste tiene una validez de 10 años.
Normativa sobre el certificado energético
El Real Decreto 235/2013 de 5 de abril recoge la normativa referente a la certificación energética de los bienes inmuebles. Con esta normativa, España se adaptaba a la Directiva Europea y fijaba una fecha clave: la del 1 de junio de 2013. Desde esa fecha, el certificado energético es obligatorio en toda España para poder vender o alquilar una vivienda o un local.
El citado Real Decreto recoge también algunos casos en los que la certificación energética no es obligatoria. Esos casos son, entre otros, los siguientes:
- Edificios religiosos y monumentos históricos.
- Viviendas que no se vayan a alquilar durante más de 16 semanas al año.
- Inmuebles que hayan sido demolidos o destruidos o que vayan a ser una construcción provisional.
- Pisos que tengan menos de 50 metros cuadrados.
La ley determina que el técnico evaluador de la eficiencia energética de un inmueble debe ser una persona que disponga de la formación adecuada para ello. En cualquier caso, esta persona debe ser un ingeniero, un arquitecto o un técnico especializado.
Existen diversas empresas homologadas dedicadas a este tipo de valoraciones y certificaciones y cada propietario es libre de elegir la que le convenga o prefiera. Al tratarse de un mercado libre, será la oferta y la demanda la que otorgue un precio al servicio. No existe, pues, un precio fijo por el mismo.
Comparar los precios entre diversas empresas y solicitar un presupuesto personalizado pueden servir para que el propietario que solicita el certificado energético de un inmueble se ahorre un puñado de euros.
El certificado energético en la compra-venta y en el alquiler
La obligatoriedad legal de disponer de un certificado energético en los actos de compra-venta y alquiler inmobiliarios implica que dicho documento debe desempeñar un papel fundamental en dichos actos.
Este documento ofrece numerosos beneficios tanto para propietarios como para inquilinos. Para los propietarios, contar con él les permite conocer hasta qué punto es eficiente energéticamente hablando su vivienda y, por lo tanto, identificar posibles mejoras que pueden realizar para reducir el consumo y ahorrar en las facturas de energía.
Además, al tener una certificación favorable, la vivienda se vuelve más atractiva para posibles compradores o inquilinos, lo que puede aumentar su valor en el mercado.
Por otro lado, el certificado energético proporciona a los inquilinos información sobre el consumo de energía estimado de la vivienda, lo cual les permite tener una idea clara de cuánto podrían gastar en servicios como la calefacción o el aire acondicionado. También les brinda la oportunidad de elegir viviendas más eficientes desde el punto de vista energético, lo que puede resultar en un ahorro significativo en sus gastos mensuales.
Cuando se realice el acto de compra-venta o se firme el contrato de alquiler de la vivienda o el local en cuestión, el propietario del bien inmueble deberá aportar el certificado energético del inmueble objeto de la venta o alquiler elaborado y firmado por un técnico capacitado legalmente para ello.
En el caso de la compra-venta, el propietario aportará el documento, que quedará en propiedad del comprador y que se incluirá en el contrato de compraventa.
En el caso del alquiler, el arrendador entregará al inquilino una copia de la certificación, que deberá adjuntarse a la documentación necesaria para depositar la fianza del alquiler en el organismo oficial que corresponda.
La venta o alquiler de un inmueble sin disponer de una certificación energética se considera una infracción y, como tal, está sancionada. Las multas en caso de vender o alquilar una vivienda sin aportar al acto de compra-venta o alquiler el certificado energético correspondiente oscila entre los 300 y los 600 euros.
También se considera infracción punible legalmente el falseamiento de los resultados de la inspección.
¿Cómo mejorar la eficiencia energética de un piso?
Para mejorar la eficiencia energética de un piso, existen varias acciones que puedes llevar a cabo. Entre ellas podemos destacar las siguientes:
- Asegurarse de que el aislamiento del hogar sea adecuado, ya que esto ayuda a mantener la temperatura interior y reduce la necesidad de utilizar sistemas de calefacción o refrigeración.
- Instalar ventanas de doble acristalamiento y sellar posibles fugas de aire en puertas y ventanas.
- Utilizar electrodomésticos y aparatos electrónicos con etiqueta energética A+++, ya que consumen menos energía.
- Sustituir las bombillas tradicionales por luces LED, que son más eficientes y duraderas.
- Aprovechar al máximo la luz natural y apagar los dispositivos electrónicos cuando no se estén utilizando.
Todas estas acciones contribuyen a reducir el consumo energético y, por tanto, a mejorar la eficiencia energética de un piso. Dicha mejora sirve también para revalorizar la vivienda.