En los últimos tiempos hemos dedicado algunos artículos a la arquitectura verde y sostenible. Con ello no hemos hecho otra cosa que constatar cómo, de manera lenta pero imparable, la arquitectura sostenible va abriéndose hueco en el mundo de la arquitectura. Cada vez son más las promociones inmobiliarias que se construyen siguiendo criterios de sostenibilidad y que tienen en cuenta el aprovechamiento de fuentes de energía alternativas a la hora de planificar y elevar sus construcciones. La geotermia y la aerotermia, así, adquieren cada vez una mayor importancia dentro de la arquitectura verde.

Geotermia

Cuando se habla de geotermia se habla de energía geotérmica, es decir, de aquella energía que proviene del calor del interior de la tierra. El subsuelo, desde el punto de vista de la geotermia, es una inmensa fuente de energía. Las primeras capas del subsuelo acumulan dos tipos de calor. Uno es el que la propia tierra almacena a partir de los rayos del sol. Otro es el que irradia hacia ella desde el núcleo de la tierra. Aprovechar ese calor para, por ejemplo, utilizarlo en la calefacción del hogar, es una de las misiones que toda arquitectura sostenible no puede despreciar.

La utilización de la energía geotérmica permite no sólo reducir considerablemente las emisiones de CO2. También permite un ahorro del 75% en la factura energética.

Para utilizar esa energía renovable, limpia y sostenible que proviene del subsuelo la arquitectura sostenible recurre a la utilización de lo que se conoce como bomba de calor. Esta bomba de calor es el ingenio encargado de extraer ese calor del subsuelo para utilizarlo en el hogar. Para conseguirlo, se instala una bobina que funciona como colector a una profundidad que ronda el metro y medio. Con esa bobina se extrae el calor de la tierra.

Otra manera de extraer el calor de la tierra mediante una bomba de calor es utilizando una pequeña sonda geotérmica. La utilización de sondas de captación en circuito cerrado, realizadas a profundidades que median entre los 80 y los 150 m, es uno de los sistemas más utilizados. Gracias a la geotermia se pueden climatizar desde viviendas unifamiliares hasta edificios con piscina climatizada, hoteles, naves industriales, invernaderos, etc.

Para instalar una bomba de calor para aprovechar el calor de la tierra sólo se necesita un terreno amplio y accesible y, en la mayor parte de los casos, los permisos correspondientes. Todo proyecto de arquitectura sostenible debe tener en cuenta el reservar un terreno así a la hora de hacer los planos de un edificio en el que quieran aprovecharse las virtudes y enseñanzas de la geotermia.

Aerotermia

Si cuando hablamos de geotermia estamos hablando de la energía de la tierra, cuando hablamos de aerotermia lo estamos haciendo de la energía del aire.

El aire exterior debe ser entendido (y esto lo debe tener presente la arquitectura sostenible) como una fuente de energía inagotable. En el aire hay un calor latente incluso cuando la temperatura ambiental no supere los 0º. Ese calor latente es el que se extrae gracias a la aerotermia para, de ese modo, obtener una energía limpia y renovable para hacer funcionar la calefacción, el aire acondicionado y el agua caliente.

Para extraer esa energía existente en el aire, la aerotermia se sirve del uso de las bombas de calor aire-agua. Gracias a esas bombas de calor se puede extraer la energía existente en el aire exterior y cederla al agua que se utiliza en el sistema de calefacción y también en ducha y baño. Para extraer esa energía, las bombas de calor aire-agua utilizan un ciclo de compresión de un gas refrigerante. Con él, las bombas de calor aire-agua potencian la energía extraída del aire multiplicándola por 4.

Como sucede con otro tipo de bombas de calor, la aerotermia es un sistema muy recomendable para climas templados.

Uno de los factores que juega a favor de la progresiva popularidad de las bombas de calor aire-agua es que no necesitan ni grandes espacios interiores ni grandes reformas para poder ser instalados y que pueden utilizarse hibridadas con otras tecnologías.