El regidor d’Habitatge del Ayuntamiento de Barcelona, Josep M. Montaner, lo ha advertido. Los porcentajes de incremento de los precios del alquiler inmobiliario en la capital catalana son tan significativos (el Incasòl habla de un 6,6% y algunos portales inmobiliarios del 18 y del 23%) que hay que estar alerta para evitar que se forme una burbuja en el mercado de alquiler.

Montaner, según se recoge en un monográfico editado por La Vanguardia, ha destacado diversos factores que deberán tenerse muy en cuenta a la hora de valorar la situación del mercado de alquiler inmobiliario en Barcelona y la posibilidad de que la indeseable burbuja se produzca finalmente.

El primero de los factores se refiere al hecho de que durante el presente año finalizarán múltiples contratos de alquiler. Esto, en palabras de Montaner, puede hacer que los propietarios opten por “aumentar el precio de una manera indiscriminada” o bien por cambiar a los actuales inquilinos por otros.

El segundo de los factores destacado por el regidor de Vivienda del ayuntamiento barcelonés es el del alto porcentaje de desahucios que se producen entre la población de inquilinos. De hecho, y según datos aportados por el mismo Montaner, el 90% de los desahucios que se producen en la ciudad se producen por no poder pagar el alquiler.

Respecto al precio del alquiler y al porcentaje que del sueldo consume hay un dato que, también aportado por el regidor barcelonés, resulta muy significativo. Ese dato apunta a que los alquileres que se pagan en barrios propios de los distritos de Nou Barris, Sant Andreu, Sant Martí o algunas zonas de Ciutat Vella llegan a consumir el 30% de los ingresos de la familia. Por el contrario, en los barrios más acomodados el alquiler sólo consume el 10% de los ingresos de las familias.

“Todo esto”, señala Josep M. Montaner, “marca un panorama preocupante”. El regidor también señala que, en caso de seguir aumentando los alquileres, el Ayuntamiento, que ya destina 9 millones de euros en ayudar a pagar el alquiler de su vivienda a más de 2.000 familias, deberá destinar una cantidad mucho mayor para, de ese modo, impedir que muchas familias que no puedan pagar el alquiler sean desahuciadas.

Para intentar evitar el llegar a esa situación, el Ayuntamiento de Barcelona se está planteando la posibilidad de introducir ciertas medidas de control para ordenar el mercado del alquiler, evitar la competencia desleal y fomentar la transparencia. Con ello, Barcelona intenta seguir el camino que han marcado algunas ciudades europeas. En París, por ejemplo, cuando se produce un cambio de inquilino no puede incrementarse el precio del alquiler por encima del 20% ni se puede superar el 10% del baremo establecido para la ciudad.

Barcelona, señala Montaner, reclama el poder intervenir indicando un precio de alquiler medio o, al igual que hace París, estableciendo ese porcentaje en el que se puede incrementar el alquiler cuando finaliza un contrato o cuando hay un cambio de inquilinos. Esto, ateniéndonos a la ley española, no puede hacerlo el Ayuntamiento. Para que el Ayuntamiento pudiera intervenir directamente en el control del mercado inmobiliario de alquiler sería necesario una nueva legislación. Dicha legislación, señala el regidor barcelonés, debería autorizar al Gobierno central el intervenir en el mercado de alquiler con vistas a regularlo o, en su caso, conceder al Ayuntamiento la autonomía y la capacidad para hacerlo.

El equipo de gobierno de la alcaldesa Ada Colau propugna también la inclusión del concepto de “alquiler abusivo” en la legislación española para, de ese modo, proteger al inquilino o a la persona que desea alquilar un piso de posibles abusos. Así, el Ayuntamiento de Barcelona considera que el concepto de alquiler abusivo debería figurar o ser recogido bien sea en la legislación sobre el alquiler de vivienda, bien en la misma Constitución.