El diario ABC, en su sección de economía, publicaba hace unas semanas un interesante artículo de Teresa Sánchez Vicente en el que se analizaba de qué modo el envejecimiento demográfico y el aumento de la esperanza de vida son factores que, en mayor o menor medida, están cambiando y acabarán por revolucionar a medio o largo plazo el marcado inmobiliario español.

Según apunta Sánchez Vicente en su artículo “El envejecimiento de la población remueve los cimientos del mercado inmobiliario”, el hecho de que esté previsto, según datos proporcionados por el Instituto Nacional de Estadística, que dentro de algunos años (concretamente en 2033) el grueso de la población española pertenezca a un grupo de edad que oscilará entre los 55 y los 59 años, indica, claramente, hasta qué punto se producirá ese envejecimiento de la población. La generación del llamado “baby boom”, que llegada esa fecha será, según se indica en el mencionado artículo, un importante “motor del consumo”, influirá de manera decisiva sobre el mercado inmobiliario, ya que con su envejecimiento se incrementará la demanda de plazas en residencias, así como la de viviendas y apartamentos compartidos.

Entre los efectos que el progresivo envejecimiento de la población puede tener sobre el mercado inmobiliario y que Teresa Sánchez Vicente recoge en su artículo podemos destacar que el descenso de la natalidad podría suponer un estancamiento del negocio inmobiliario residencial en caso de no compensarse dicho descenso con la llegada de inmigrantes o con la de turistas residenciales que, llegado el momento de su jubilación, decidan vivir en España.

La nueva realidad demográfica abrirá, al decir de los expertos, vías de negocio alternativas. Se solicitarán, por ejemplo, numerosas plazas en geriátricos. ¿Cuántas? Según se recoge en un informe elaborado por la consultora CBRE, la demanda en 2030 será de hasta 200.000 camas adicionales, y en 2050 hasta de 400.000. Estos datos hacen prever que, tal y como ya ha empezado a suceder, se incrementen las inversiones de inversores internacionales en geriátricos. Según apunta CBRE en su informe, los inversores internacionales y el capital riesgo están entrando en el mercado de los geriátricos con un objetivo principal (más allá, por supuesto, del de obtener réditos): el de construir plataformas de operadores. En la actualidad, apunta Sánchez Vicente en su artículo, existen siete actores principales en el sector, y dichos actores cubren solamente el 17% de las plazas en geriátricos ofertada en España.

El progresivo envejecimiento de la población implicará también que se incrementen las demandas de asistencia médica y de atención a ancianos. Según estudios realizados por Mapfre, el gasto sanitario medio por persona se multiplicará por tres o por cuatro, pues cada vez serán más las personas que tengan entre 80 y 90 años y cada vez serán más, por tanto, las personas que requieran de algún tipo de cuidado.

Este incremento de la demanda de plazas en geriátricos no ha ido acompañado, sin embargo, de un incremento de las inversiones públicas. La falta de una política estable y suficientemente financiada en servicios sociales orientada al cuidado de las personas mayores dependientes ha provocado que se incrementen las listas de espera hasta llegar, en algunos casos, al colapso.

El progresivo envejecimiento de la población española supondrá también, según los analistas, que se vean incrementadas las inversiones en rehabilitación de inmuebles adaptados para que puedan ser accesibles y se facilite la movilidad de sus ocupantes. Sánchez Vicente recoge en su artículo la opinión del arquitecto José Antonio Granero. Según Granero, tanto la arquitectura como el urbanismo deberán hacer frente a una serie de retos. Entre ellos hay que destacar todos aquellos que están relacionados con la “creación o rehabilitación y renovación de viviendas adaptadas y asistidas con servicios comunes”, así como los que tienen que ver con una nueva manera de plantearse el urbanismo. El diseño urbano, apunta Granero en el artículo que estamos comentando, deberá ser, en el espacio público, un diseño adaptado. Deberán existir, para hacer frente a ese envejecimiento de la población, áreas accesibles y peatonales, aseos accesibles, señalización urbana, transporte público adaptado…

Otra vía de negocio que se abre en el mercado inmobiliario español con el envejecimiento de su población es la de las viviendas colaborativas o asistidas o los apartamentos tutelados para mayores. Este tipo de apartamento o vivienda permiten a las personas mayores que viven en ellas “los servicios de un hotel, el confort de un apartamento y un servicio médico a su alcance de manera permanente”.