Desde hace ya algún tiempo se abrió en España (en particular en ciudades como Barcelona, Madrid u otras grandes poblaciones) el debate sobre si es conveniente o no poner un tope a los alquileres. Políticos de los diferentes partidos y técnicos del mercado inmobiliario han expuesto su opinión en los más diversos foros. El Banco de España, que hasta ahora había permanecido callado, ha entrado de lleno en este debate al publicar el pasado jueves 23 de enero un informe sobre la conveniencia o no de limitar los alquileres en el mercado inmobiliario.

La formación del Gobierno de coalición entre PSOE y Unidas Podemos ha hecho que el debate sobre si debe ponerse o no un tope a los alquileres adquiera mayor resonancia mediática. No en vano, el partido morado se ha mostrado siempre partidario de limitar los alquileres y ese aspecto programático ha adquirido, al parecer, un protagonismo especial en las negociaciones del pacto de gobierno. Al fin y al cabo, Unidas Podemos ha hecho de la necesidad de una nueva política de vivienda una de sus banderas ideológicas principales desde su nacimiento como formación política. Muy probablemente haya sido la llegada al Gobierno de miembros del partido liderado por Pablo Iglesias y el pacto de legislatura acordado con el PSOE lo que haya hecho que el Banco de España se haya decidido, finalmente, a expresar su opinión sobre los topes a las rentas en el alquiler inmobiliario sirviéndose de ese informe del que hablamos.

El informe del Banco de España sobre la conveniencia o no de fijar topes al alquiler es fruto de un estudio sobre los efectos que dicha medida ha tenido en varios países. Según dicho informe y según el Banco de España, los controles sobre las rentas para los inquilinos pueden generar “efectos adversos potencialmente significativos, especialmente cuando este tipo de medidas se mantienen durante períodos prolongados” en determinadas zonas de grandes ciudades.

Para empezar, el Banco de España advierte que, a corto plazo, la limitación de las rentas de alquiler puede servir para moderar el precio del alquiler en la zona en que se aplica la limitación, pero que esa moderación, señala, puede provocar que los alquileres se encarezcan en otras áreas que, perteneciendo a la misma ciudad, no hayan sido reguladas.

Al mismo tiempo, el Banco de España señala que los topes al alquiler pueden, a medio plazo:

  • Provocar litigios sobre dónde debe colocarse el umbral de referencia de los alquileres en las diversas zonas y cuáles deben ser éstas dentro de una ciudad.
  • Reducir la oferta de pisos para alquilar.
  • Desviar la inversión hacia la promoción de nuevas construcciones, encareciendo a las mismas.

Al realizar este análisis, el Banco de España no elude señalar lo que, en gran medida, es obvio: que los hogares con menos renta y los jóvenes tienen verdaderas dificultades para acceder a la vivienda y que esto implica, también, un problema para el sistema económico en general. Según apunta el Banco de España, los altos alquileres lastran la movilidad de los trabajadores y, por ello, dificultan la eficiencia del mercado laboral. Al mismo tiempo, apunta el Banco de España en su informe sobre la conveniencia o no de los topes al alquiler, influye en la estabilidad macrofinanciera. No en vano, los altos alquileres afectan sobre todo, como ya se ha dicho, a un colectivo que, con pocos ingresos, tiene poca capacidad de ahorro y que, lógicamente, tiene unos niveles de consumo que resultan muy sensible a cualquier variación que se pueda producir en dichos ingresos.

El Banco de España destaca igualmente la importancia de impulsar políticas que se basen en el establecimiento de un parque público de viviendas lo suficientemente importante como para poder establecer una oferta más o menos continua y sólida de vivienda de alquiler a precios asequibles. Este tipo de políticas, sin embargo, debe lidiar con dos problemas. Uno de ellos, capital, es el modo en que las mismas resultan costosas para las arcas públicas. Otro, que requieren siempre de algo que no en todas las ocasiones se da: un diseño eficiente para su aplicación. Y es que, en ocasiones, la bondad de las ideas está muy por encima de la oportunidad o la eficiencia de su aplicación práctica.

El Banco de España, finalmente, según apunta en su informe, defiende una política que haga crecer el mercado de alquiler basándose en una serie de iniciativas que permitan:

  • Incrementar la protección jurídica de los propietarios.
  • Proteger al inquilino garantizándole una duración mínima del contrato que le dé seguridad.
  • Implementar medidas fiscales que favorezcan el alquiler.

Estas medidas, señala el Banco de España, deben pasar, de una forma u otra, por impulsar una serie de beneficios fiscales que eleven la rentabilidad que los propietarios obtienen al alquilar viviendas de su propiedad.