No. No existen. O resulta muy difícil encontrarlos. Lo sabe toda aquella persona que haya buscado uno y lo habrá podido corroborar todo aquél que haya leído el artículo que Patricia Castán publicó el pasado 1 de septiembre en La Vanguardia. No es fácil encontrar un piso de alquiler de menos de 800 euros de renta al mes en Barcelona. Castán expone claramente los datos que reflejan dicha situación y algunos de los porqués en dicho artículo. Hace dos años, el 40,6% de los pisos en alquiler en Barcelona se arrendaban por un precio inferior a 800 euros al mes. En la actualidad, apenas un 10% de los pisos en alquiler en la capital catalana pueden alquilarse por menos de 800 euros. De hecho, el 75% de los pisos en alquiler en Barcelona se alquilan por una renta mensual que supera los 1.000 euros.

El artículo de Patricia Castán viene a confirmar algo que ya venimos apuntando en algún que otro post de este blog: la dificultad que tiene el mercado inmobiliario de alquiler en Barcelona para desarrollarse a un nivel similar al que poseen otras capitales europeas. El problema no es tanto la escasez de la oferta (que también) como el nivel salarial que la crisis económica está dejando en buena parte del tejido social que intenta acceder a una vivienda de alquiler.

Este incremento de los precios de los pisos de alquiler en Barcelona tiene una clara lista de afectados. Personas separadas, parejas jóvenes que buscan piso y familias monoparentales son los principales afectados de esta evolución al alza de los precios de los pisos de alquiler barceloneses.

Otras afectadas serán todas aquellas personas (estudiantes incluidos) que alquilen habitaciones en viviendas compartidas. El hecho de que, además, cada vez sean más los estudiantes extranjeros que vienen a estudiar masters a Barcelona hace que los precios de este tipo de habitaciones se incrementen.

La subida de los precios de la vivienda de alquiler en Barcelona desde el pasado año ha sido incesante. Esto ha hecho que los inversores se hayan empezado a plantear la compra de inmuebles como paso previo al alquiler de los mismos.

El Institut Català del Sòl, señala Patricia Castán, ha destacado un dato. El precio medio de los contratos de alquiler realizados en Barcelona en 2015 fue de poco más de 11 euros el metro cuadrado. En la primavera del año en curso, ese precio ya había subido hasta casi los 12 euros. Los distritos más caros son Ciutat Vella (el tirón turístico ha convertido esta zona en una zona prime) y Sarrià-Sant Gervasi. El más demandado, el Eixample. En este distrito, señala el Institut Català del Sòl, se han firmado casi dos mil contratos en un trimestre.

Hace un tiempo recogimos en este blog la propuesta de la Alcaldesa de Barcelona, Ada Colau, para que se estableciera por ley un límite a los precios y, de ese modo, controlar el mercado de alquiler. Esta propuesta, además de chocar con los principios más sagrados del libre mercado y de la autoregulación del mismo a partir del toma y daca de la oferta y la demanda, topa, según señalan algunos expertos inmobiliarios, con algo que caracteriza al mercado de alquiler barcelonés. Ese algo es que muchos de los propietarios de pisos en alquiler son pequeños propietarios que se sirven de los ingresos del arriendo de la propiedad para redondear su salario o su pensión y, de ese modo, llegar de forma más holgada a final de mes. En caso de que se limitaran los alquileres estos propietarios optarían, en gran medida, y según señalan algunos expertos en el mercado inmobiliario barcelonés, por retirar del mercado de alquiler su propiedad.