Resulta extraño de comprender, pero este país tiene estas cosas. Si estuviéramos hablando de cadenas de televisión hablaríamos de contraprogramación. Tú me atacas con La Voz, yo respondo con Bajo sospecha. Yo estreno Allí abajo, tú colocas en la misma franja horaria El Príncipe. Algo así parece suceder entre el Barcelona Building Construmat y el Salón Inmobiliario Internacional de Madrid (SIMA).

Los puristas dirán que la construcción y lo inmobiliario no son exactamente lo mismo y que por eso no tiene mayor importancia que puedan coincidir temporalmente los dos salones, el primero celebrado en los barceloneses pabellones de la Fira Gran Via de L’Hospitalet de Llobregat, el segundo, en los madrileños pabellones de Ifema.

Nosotros, ciertamente, creemos que, existiendo como existen casi 250 días laborables al cabo del año, existen opciones de programación que nos parecen más idóneas antes que la de permitir que ambos salones coincidan o se encabalguen. Pero, ya lo hemos dicho, este país tiene estas cosas y el caso es que, en la presente edición de 2017, SIMA y el Barcelona Building Construmat han coincidido. El segundo se ha celebrado entre el 23 y el 26 de mayo. El primero, entre el 25 y el 28 de mayo. Los defensores de esta programación pueden argumentar, es cierto, que aquél que quiera visitar ambos salones puede hacerlo sin mayores complicaciones que la de desplazarse entre esos días de una a otra ciudad. Aceptaremos dicha explicación a regañadientes y nos centraremos en lo que verdaderamente nos interesa destacar en este artículo: el contenido de la 19ª edición del Salón Inmobiliario Internacional de Madrid.

SIMA es un buen termómetro para tomar la temperatura al sector inmobiliario. Tras siete años de crisis del sector, las señales dadas por el salón inmobiliario más importante de todo el territorio español son bastante optimistas. Una de ellas, fundamental, es la del retorno a los stands de una nutrida oferta de promociones a estrenar, algo que no se había producido en estos años pasados. Durante los años de la crisis, en SIMA se ofertaban preferentemente viviendas que pertenecían al stock de casas que, por cuestiones de sobreproducción, habían quedado sin vender durante las fases últimas del boom.

En la actualidad, el 90% de la oferta de SIMA está formada por vivienda a estrenar. De esta, el porcentaje más alto es de venta sobre plano de viviendas que ni tan siquiera han empezado a construirse. Este comportamiento puede recordar al que imperaba en la época del boom. En cierto modo, sí; aunque existe una clara diferencia respecto a aquellos años. Las viviendas que se ofertan ahora poseen mejores calidades, más prestaciones y una mayor eficiencia energética que las que se ofertaban hace quince años.

SIMA 2017 ha servido, también, para que se realizaran nuevos lanzamientos comerciales de promociones. Algunas de esas promociones han sido lanzadas por los servicers inmobiliarios más poderosos (Aliseda, Anida, Altamira, Haya Real State, Servihabitat y Solvia han estado en Sima) o por la propia Sareb. La Sareb, por ejemplo, ha llevado al salón 1.800 viviendas localizadas en la Comunidad de Madrid, Andalucía, Comunidad Valenciana, Galicia y Murcia. La Sareb ha ofertado también en el SIMA 400 suelos de uso residencial y terciario y alrededor de 230 promociones que están sin terminar.

SIMA 2017 ha servido también para constatar cómo las nuevas promotoras, sostenidas por capital de fondos de inversión extranjeros, han ido ocupando poco a poco el lugar que hace unos años ocupaban las inmobiliarias de los bancos. Entre estas nuevas promotoras destacan Neinor Homes, Aedas Homes, Via Célere y Aelca. Lone Star, Castlelake y Värde Partners son algunos de esos grandes fondos de inversión norteamericanos que han considerado el mercado inmobiliario español un mercado inmobiliario atractivo para hacer negocio.

Pero no es sólo la presencia extranjera la que ha destacado en SIMA. También lo han hecho firmas españolas como Acciona Inmobiliaria, Avantespacia, Insur, Pryconsa, Quabit, ACR, Amenabar, Inbisa, Habitat… Todas estas firmas han servido para constatar cómo, poco a poco, el optimismo regresa al mercado inmobiliario español.

Ese retorno del optimismo al sector inmobiliario queda perfectamente simbolizado, también, en el aumento de la oferta de vivienda de segunda residencia. Respecto al año anterior, dicha oferta se ha incrementado en diez puntos y es una oferta mayoritariamente sobre plano.