El suelo vuelve a ser uno de los activos más buscados en el sector inmobiliario y eso tiene una clara consecuencia: su precio vuelve a elevarse. Las estadísticas oficiales lo proclaman y estudios e informes privados lo corroboran. Solvia, el servicer inmobiliario de Banco Sabadell, lo dice con unas cifras muy claras: las ventas han subido el 37% y los precios el 11%.

Esta subida de los precios del suelo coloca el precio medio del metro cuadrado en 166 euros, muy por debajo todavía de los 285 euros que se registraron en 2007, pero a niveles más altos de los que se registraron durante los años más duros de la crisis.

La subida de los precios del suelo, muy importante en Madrid y Barcelona (que vuelven a convertirse -si es que dejaron de serlo- en imanes para los inversores que busquen una buena rentabilidad a sus inversiones) es debida fundamentalmente a la gran competencia existente entre servicers, cooperativas, promotores inmobiliarios y fondos de inversión. Éstos últimos, además, han iniciado en los últimos tiempos una política de búsqueda de nuevas localizaciones con el objetivo de alcanzar mayores rentabilidades para sus inversiones. Para ello, han decidido comprar suelo lejos de la feroz competencia existente en Barcelona y Madrid.  El suelo urbanizable de capitales de provincia como Alicante, Málaga, Palma de Mallorca o Sevilla se ha convertido en el objetivo principal de estas

La competencia por la compra de suelo está haciendo que en determinadas zonas con demanda muy alta se esté produciendo un fenómeno de compra de suelo especulativa con la finalidad de obtener altos beneficios en un corto período de tiempo. Esto está empujando extraordinariamente al alza el precio del suelo en algunas zonas puntuales. En el norte de Madrid, por ejemplo, se han llegado a cerrar operaciones de entre 2.300 y 2.400 metros cuadrados.

Estos precios, sin embargo, no son los más habituales. De hecho, los diferentes players del sector se mueven en rangos de precios por metro cuadrado de suelo inferiores a esas cifras. Los promotores inmobiliarios, por ejemplo, compran suelo por precios que oscilan entre los 700 y los 1.000 euros el metro cuadrado. Las cooperativas compran suelo por precios que se mueven entre los 900 y los 1.000 euros y los fondos de inversión no suelen estar dispuestos a pagar más de 800 euros por metro cuadrado de suelo.

El mapa del coste del suelo español presenta, sin embargo, múltiples disparidades entre unas zonas del país y otras. Hay zonas muy dinámicas y zonas en las que el suelo no acaba de encontrar salida. Entre las primeras encontramos Madrid, Barcelona y sus áreas metropolitanas y, un paso por detrás, Alicante, la Costa del Sol, Sevilla, Córdoba, Zaragoza y Euskadi. En todas estas zonas existe una cada vez más significativa demanda de pisos de obra nueva, lo que impulsa la compra de suelo para dar respuesta a esa demanda. El resto de zonas deberán irse incorporando poco a poco a esta tendencia alcista del precio del suelo.