El impasse que señalan los meses de julio y agosto es un momento propicio para detenerse a realizar los análisis que durante el resto del año no pueden realizarse. Desde la atalaya del tiempo de estío puede contemplarse con tranquilidad todo lo acaecido durante el tiempo transcurrido desde que el reloj de la madrileña Puerta del Sol dio las doce campanadas y se dio la bienvenida al nuevo año. El 2016 estaba llamado a ser, según muchos analistas económicos, el año del afianzamiento de la incipiente recuperación económica que, tras los peores momentos de la crisis, había empezado a producirse durante el curso económico anterior. ¿Ha sido así para el sector que en este blog nos ocupa?
En primer lugar hay que valorar, al analizar el sector inmobiliario español, hasta qué punto éste repite o no modelos de comportamiento propios de años pasados. Diferentes analistas apuntan que la economía española ha dejado de fiar su crecimiento a la expansión del sector del ladrillo. El patrón de crecimiento español postcrisis parece optar por la potenciación de industrias de un valor añadido más alto que el del sector de la construcción/inmobiliario. Las exportaciones, para empezar, juegan ahora un valor mucho más importante en el PIB de lo que lo hacían antes de que estallara la crisis y, con ella, la burbuja inmobiliaria.
Otro de los aspectos destacados por los analistas al analizar el sector inmobiliario español es el hecho de que la inversión inmobiliaria se ha vuelto más equilibrada. En una palabra: que se ha alejado de la intencionalidad especulativa que tuvo cuando estaba ligada de manera especial a la compra-venta de viviendas. Ahora, la inversión en el sector inmobiliario español encuentra ligada de manera especial al mercado de oficinas y al de locales comerciales.
¿Qué factores han tenido que darse para que se produzca dicha evolución? Los factores que, según los analistas, han permitido que la inversión inmobiliaria en España se vuelva más equilibrada son los siguientes:
- El aumento exponencial de la inversión internacional. Si en 2012 la inversión directa extranjera en el sector inmobiliario español era de cerca de 1.100 millones de euros, en 2014 la cifra llegaba hasta los 3.012,5 millones de euros, cifra que espera superarse este año.
- La estabilización de los precios. Tras ocho años de caídas, los precios de los inmuebles ya no caen en el sector inmobiliario español. Es más: en determinadas zonas, empiezan a repuntar. No lo hacen al ritmo que lo hacían durante los años de la burbuja, claro; pero tampoco eso sería deseable. Tras una crisis de las dimensiones de la padecida por nuestra economía se impone aprender de los errores cometidos para, en la medida de los posible, intentar evitar su repetición. La bajada de los precios, además, ha permitido reactivar e incentivar el número de transacciones de bienes inmuebles.
- Las mayores facilidades financieras. La banca, poco a poco, ha ido abriendo el grifo crediticio; lo que ha permitido que, poco a poco, los nuevos préstamos empiecen a repuntar. En lo que respecta al comportamiento de la banca con las promotoras inmobiliarias hay que destacar que las entidades financieras se plantean la actividad crediticia con mucha menos alegría que años atrás. Ahora, se exige la precomercialización de parte de las viviendas de una promoción para, antes del inicio de su construcción, financiar ésta. Ésta es una de las principales características del mercado inmobiliario español actual. Se pretende evitar así lo sucedido durante la crisis: que la banca tuviera que adjudicarse miles de inmuebles para, así, paliar el desastre causado por los impagos de tantas y tantas promotoras quebradas. Poco a poco, sin embargo, la banca se está despojando de ese lastre.
- El papel desempeñado por las socimi (sociedades anónimas cotizadas de inversión en el mercado inmobiliario) es una de las grandes novedades del mercado inmobiliario español y de su actual fisonomía. A las socimi hemos dedicado diferentes artículos en este blog, a los que nos remitimos. En ellos hemos analizado desde el modo de funcionamiento de las socimi hasta la importancia de fusiones como la realizada por Merlin Properties con Metrovacesa.
Según se desprende de los factores destacados aquí, el sector inmobiliario español vuelve a ser un sector económico muy interesante para todo tipo de inversores. En ciudades como Barcelona, constantemente en la cresta de la ola gracias a su promoción internacional y a su tirón turístico, la compra de un inmueble siempre es una interesante inversión.